La película documental que
consagra la vida de la performer más famosa de este tiempo será estrenada el 8
de febrero con gran expectación. Y es que Marina Abramovic está de moda, ¿desde
cuándo? yo diría que desde que los curadores del MoMA la llamaron para la exposición Artist is present, que se convirtió en
el evento newyorkino de los meses que duró la exhibición en 2010. Además de una
gran retrospectiva de sus fructíferos 40 años de carrera como artista, Marina presentó
una performance en la que se sentó durante los tres meses en las horas de
apertura del museo, frente a ella podría sentarse cualquier visitante por un
tiempo indeterminado. Simplemente mirar intensamente a alguien, esa era la
experiencia.
¿Por qué algo que puede parecer
tan sencillo provocó colas que doblaban la esquina? Según Will Gompertz es porque
la performance está de moda. Esto se puede ver en la actualidad del sector del
entretenimiento, desde Lady Gaga a el actor Sacha Baron Cohen que ha
interpretado a los personajes Borat o recientemente Aladeen (El Dictador),
incluso las modelos de pasarela desfilando con esos peinados y trajes de
alta costura son en cierta forma
performance. Hoy en día hay una participación masiva a los eventos culturales, estos
se convierten en acontecimientos que
mezclan el arte y el entretenimiento. Este es un campo muy fértil para los
museos que recientemente se han convertido en lugares divertidos y “guays”.
Por todo esto aunque las nuevas
performances de Marina no sean un “gran qué”, sí que hay detrás de ellas un
gran trabajo de marketing que engloba, apariciones en televisión, el documental,
los anuncios del estreno de la película e incluso el pre-estreno en algunos
museos. No es ningún escándalo que los artistas vendan de esta manera su obra pero
sinceramente yo preferiría que Marina non lo hubiera hecho, sobre todo a estas
alturas ya con 65 años y con este tipo de performances que no me dicen nada.
Hace unos meses fui ver la exposición que hizo en el PAC de Milán
titulada Marina Abramovic The Method, se
trataba de una performance que integraba al público como parte de la obra. En el ingreso el visitante podía elegir
si participar por un tiempo sentándose, tumbándose o quedándose de pie en
contacto con minerales como amatista o cuarzo. Los participantes debían estar
relajados y en silencio, con los oídos tapados y descalzos en un espacio a modo
de escenario. El resto del público se situaba distante y observaba a los
participantes pudiendo usar telescopios
y prismáticos para contemplarlos al mínimo detalle. (Los telescopios estaban
todos rotos). La sala estaba llena de público “of course!”
Por un lado encontré interesante
la participación activa del visitante, el intento de hacernos conscientes del
aquí y ahora y el tiempo reflexivo de uno mismo. El tema de los
minerales se refiere al misticismo o ritualismo que la artista estudia desde
sus comienzos. Por otro lado, el resto del público funcionando como observador,
podría referirse al arte que no existe sin ser observado, o al rol del
observador que es quien juzga la obra, en fin, puede haber multitud de significados. La verdad es que no me gustó demasiado, lo
que si fue interesante fue poder ver los vídeos de la exposición Artist is present y la pequeña
retrospectiva que se hizo con obras de los años 70, 80 y 90.
Lo que me fastidia es el desencanto que me provoca la obra actual de Marina, ya que sentía gran admiración por todo lo que hacía. La primera vez que me hablaron
de ella fue cuando me contaron su participación en la Bienal de Venecia en 1997
ganando el León de Oro. Su performance consistió en limpiar la sangre de
cientos de huesos de vaca, me dijeron; ¡fue terrible verla allí a oscuras
limpiando sin cesar aquella sangre y con aquel olor a putrefacción!
Balkan Baroque se basó en un
lavado de conciencia, se refiere obviamente a los conflictos que desde 1991 hasta 2001 se sucedieron en Yugoslavia, tierra natal de Abramovic. Es la metáfora de que uno solo puede avanzar en la vida
si está dispuesto a aceptar las consecuencias y abrazar el futuro.
Pasado y presente de Abramovic, juzguen y comparen ustedes mismos.
Fuentes:
GOMPERTZ, Will, What are you looking at?, Penguin Books, London, 2012.
Qué interesante! No sé si me gusta, pero por lo menos llama mi atención y me deja pensando. Eso es mucho más de lo que otros consiguen...
ResponderEliminarSi, es un espectáculo, ahora todos los museos se la rifan, de hecho en 1997 el pabellón de Montenegro no quiso que Marina fuese su representante con una obra tan impactante como Balkan Baroque pero si le pidieron que expusiera en su pabellón en la última bienal donde no se presentó ninguna obra original sino una presentación narrada por ella del nuevo museo de la performance en Montenegro.. bah
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